En la obra de Francisco Martín Moreno, se destapa una cloaca que apesta. Todos los hilos que se jalaron detrás de este homicidio, los porqués y paraqués, y el resultado. La terrible salpicada no deja limpio y libre a nada ni a nadie, incluyendo a otros ilustres –o tristemente célebres “próceres”- incluyendo en la lista a Plutarco Elías Calles, al fundador de la CROM, Luis N. Morones, pero en mi personal opinión, la más batida resulta ser la Iglesia Católica, a quien prácticamente acusa de planear el homicidio y de negarles el sosiego a sus fieles para exacerbar los ánimos y lograr un caldo de cultivo para revueltas sociales y demás desmadres.
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